5/6/11

El caos, la inmensidad y la nada.


Me pierdo en la inmensidad, Me encuentro en la nada. Y al final tu eres nadie. Todo es caos en la mente. Así de pinche sin sentido y caóticos son mis pensamientos.

El caos me impide quererte. Y en la inmensidad nos encontramos como dos almas que no pueden moverse: mis alas rotas y tus pesadas piernas llenas de miedo, no nos permiten desplazarnos al mismo lugar. Al final no seremos nada por tu ego, por mi orgullo, por yo qué sé. Aunque a decir verdad realmente me hubiera gustado que me encontráras al mismo tiempo que yo te encontré.


La noche bajo su manto cubre cada pensamiento, cada latido, cada suspiro. Y esa sonrisa que guardo en mi corazón como el recuerdo más importante poco a poco va desvaneciéndose, los silencios arden, queman y terminarán siendo cenizas. Ya no soy yo la misma y tu tampoco. Hemos cambiado tanto y en tan poco nos hemos vuelto dos desconocidos, dos extraños que a veces cruzan un "Hola" mecánico, melancólico porque detrás de nuestras miradas se esconde un pasado efímero, prohibido.

Jamás había entendido el porqué, esa obsesión de tornar las cosas más simples en complicadas. Pero ahora entiendo somos seres vacíos, efímeros, volátiles, volubles, relativos. Y todo eso para que al final no seamos nadie, nos desplazemos en la inmensidad, creando caos alrededor. Las historias que construimos arduamente son transparentes, podemos pasar a través de ellas y la trascendencia que tienen son vagos recuerdos.


Inla'kesh.