30/4/11

La lluvia y tú.

¿Nunca han soñado con dar un beso bajo la lluvia?
Pues te besé y las gotas recorrían mis manos en tus mejillas.
La fuerza de la lluvia era nada a comparación con la fuerza con que te besaba.
Tu te aferrabas a tomarme del cabello con miedo a soltarme y que te dejara ahí como
siempre acostumbraba, pero yo solo amaba tus labios y no pensaba en más.
Si habíamos de parar el tiempo justo en ese instante lo estábamos haciendo,
y es que nada importaba sólo tú y yo.
Esa sensación de fundir en una sola las dos cosas que más amo en la vida: tú y la lluvia,
me hacía volver a creer en la humanidad, el amor, la fe y la esperanza.

No importa nuestra historia, lo que pasó y lo que será, por qué ese momento quedaría
preservado por siempre. El universo lo sabía muy bien. Y no paraba de llover, como
alentándonos a seguirnos besando.

Me gusta la lluvia, porqué las lágrimas se pierden en la inmensidad de las gotas que caen.
Me gusta la lluvia, porque me hace recordar al lugar en que nací.
Ese olor a tierra mojada me transporta.
Me gusta la lluvia, porqué te beso bajo ella y tu sonríes como si tuviera poderes para hacerte la persona más feliz del universo, y lo hago. ¿sabes por qué? Por qué tu lo haces conmigo.

Me gusta la lluvia, pero aún no puedo decidir si me gustas más tú.