Los mejores reencuentros son aquellos que son inesperados. Esos que te hielan el alma y que te llenan de esperanza.
Había pasado tiempo desde nuestro "adiós definitivo"; pero aún recuerdo el último beso que te robé, el último suspiro que le arrancaste a mi alma y la última ilusión que poco a poco se fue apagando... A duras penas había aceptado que mi camino jamás iba a ser a tu lado. Pero mi corazón es torpe y necio junto con el destino quién en más de una ocasión lo ha sonsacado siendo su más fiel cómplice.
Si bien mi decisión al alejarme había sido por demás arrebatada, el encontrarte ahí justo tal cual te recordaba había sido mi mejor recompensa y todo el esfuerzo había valido la pena.
Es casi inverosímil como el destino a quién he de confesar que maldije un par de veces, por ser el responsable de esta maldita distancia, es ahora quien nos pone frente a frente. Como si supiera que sólo tú me complementas y se empeñara en mostrarme que por más errores que cometamos, esto es de verdad. Esa fuerza que alguna vez me hizo soltarme, hoy me dice: ¡Ve! Hoy no hay más obstáculos. Ya no tienes nada que perder. El peso de tu alma ahora es ligero. ¡Confía!
Así que tome valor, una fuerte bocanada de aire y me deje llevar por el destino, pero esta vez tenía una sensación de que iba a ser diferente.. tus ojos cuando se encontraron con los míos se quedaron atónitos, incrédulos, sorprendidos, todo miedo o confusión se había esfumado, todas las verdades estaban siendo reveladas en un instante y lo único que pudiste decir fue: "No sabes cuanto tiempo te estuve esperando."
Temet Nosce. (:
